viernes, 27 de noviembre de 2015

La República y las Instituciones son un verso para la gilada


Si siempre pidieron un Banco Central independiente del Poder Ejecutivo, porque el futuro gobierno de Cambiemos le pide a Vanoli que renuncie?, o será que la independencia del Banco Central es para cuando hay un gobierno popular, para poder bloquear sus políticas económicas?.

Pareciera que si el gobierno es pro empresario el Banco central no puede ser independiente, debe tener un presidente que responda al Poder Ejecutivo.

Según el artículo 9° de la Carta Orgánica, la remoción de los miembros del directorio será decretada por el Poder Ejecutivo cuando "mediare mala conducta o incumplimiento de los deberes de funcionario público", pero aclara que se deberá contar "para ello con el previo consejo de una comisión del Honorable Congreso de la Nación", la que deberá estar presidida por el presidente de la Cámara de Senadores e integrada por los presidentes de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Economía de la misma y los presidentes de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Finanzas de la Cámara baja.

También le piden la renuncia a la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó.

Según el artículo 76 de la ley Orgánica del Ministerio Público Fiscal, el jefe de los Fiscales solo puede ser removido por los causales y el procedimiento establecido en los artículos 53 y 59 de la Constitución Nacional, es decir, un juicio político.

De acuerdo a la Constitución, el Senado es la única autoridad que puede evaluar la sustitución de un Procurador y lo hace con la misma mayoría que se prevé para los jueces de la Corte Suprema de Justicia, dos tercios de la Cámara alta. 
En caso contrario, el cargo es vitalicio.
Podrían pedirle la renuncia a Lorenzeti y nos hacen un favor a los ciudadanos de a pie.

Otro de los que deberían renunciar, según el nuevo gobierno sería Tristan Bauer, presidente de Radio y Televisión Argentina.

De acuerdo con el artículo 9° del decreto que establece la reglamentación del funcionamiento de RTA, se establece que "serán causales de remoción, previa sustanciación que garantice el derecho de defensa del acusado, las siguientes: procesamiento firme por delitos dolosos, mal desempeño, negligencia grave, morosidad en el ejercicio de sus funciones, desconocimiento inexcusable del derecho e inhabilidad física o psíquica".

También le piden la renuncia a Martín Sabatella a cargo de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual.

Según el artículo 14° de la ley de medios, "el presidente y los directores sólo podrán ser removidos de sus cargos por incumplimiento o mal desempeño de sus funciones o por estar incurso en las incompatibilidades previstas por la Ley 25.188".

Además, "la remoción deberá ser aprobada por los dos tercios del total de los integrantes del Consejo Federal de Comunicación Audiovisual (39 miembros), mediante un procedimiento en el que se haya garantizado en forma amplia el derecho de defensa, debiendo la resolución que se adopta al respecto estar debidamente fundada".

Los integrantes de "Cambiemos" fueron hasta ayer los adalides de la defensa de la República y sus Instituciones, ahora que tienen que gobernar, ya quieren comenzar pasando por encima de la Constitución y las Leyes.

Y por último dicen que van a poner a Laura Alonso al frente de la Oficina Anticorrupción, sin haberse percatado que para ese cargo hay que ser abogado, cosa que la señora no es.



viernes, 13 de noviembre de 2015

Uno de los mejores análisis

El artículo que copio de Artepolítica, me parece uno de los mejores análisis que explican el resultado de la primera vuelta del balotage.

La síntesis es que, los enfrentamientos con el poder económico, la grieta, las tensiones sociales, el enfrentamiento con los buitres, con Griesa, etc., fueron todas sobreactuaciones del Kirchnerismo, sin todo eso, hoy estaríamos igual. Con cualquier gobierno hubiesemos estado en la situación actual.
Sobre esa falacia se monta Macri y plantea que "podemos estar mejor".

“Podemos estar mejor”

macri revolucion
A diez días de la inédita segunda vuelta electoral en nuestro país, los candidatos Daniel Scioli y Mauricio Macri renuevan sus propuestas electorales y refuerzan las ya adelantadas en la primera vuelta. Al no contar con evidencia empírica sobre otra experiencia similar sobre balotaje en Argentina, nos encontramos ante un nuevo escenario con escasas pistas para poder proyectar a futuro. Creemos, eso sí, que será una elección muy reñida que se definirá por escaso margen.  En medio de una campaña que se tornará más intensa con el devenir de los días, me interesa concentrar la atención en cómo el líder del PRO encara la última etapa y robustece los lineamientos organizados a partir de mediados de año. Es decir, como Macri luego del cambio evidente de su estrategia de campaña luego de la victoria finita de su delfín Rodríguez Larreta en la Ciudad, encara estos últimos días con una batería de mensajes orientados a escaparse de grandes definiciones, mostrarse como el candidato que “nos representa a todos” y que avanza sin escombros hacia una victoria que “mejorará la calidad de vida” de toda la ciudadanía. En ese famoso discurso en el que el jefe porteño aceptaba como irreversibles las estatizaciones del gobierno kirchnerista y los militantes del PRO gritaban al unísono un fuerte “nooo”, quedó trazada la estrategia que llega a estos días
Entonces, con ese objetivo en vista, enumero unas viñetas explicativas de la lógica amarilla por estas horas.
  • A pesar de lo que expresan las encuestas preelectorales, la elección está abierta. Es cierto que el envión del 25O le otorga al candidato de Cambiemos cierta ventaja de cara al balotaje. Pero como sabemos, esta preeminencia en el “clima electoral” no es fácilmente traducible a la hora de contar los porotos. Puede servir para alentar con el “Macri ya ganó”, pero muchas veces se tornan un boomerang, ya que alertan al electorado que no desea ese resultado a jugar por “el menos malo”. Eso pareció suceder en la primera vuelta, y, aunque no extensible, al balotaje de la Ciudad.
  • La estrategia discursiva de Macri, como se viene insistiendo en este blog, es clara por estas horas y descansa en  fortalecer los tres ejes de su campaña a) la imagen de un cambio indetenible, b) el mantenimiento de los activos centrales de la política económica del kirchnerismo y c) la idea de un “futuro” mejor, concebido a través del slogan “podemos estar mejor”. Sin grandes definiciones, Macri avanza en ese tópico, al compás de una campaña basada en un candidato que va por la “positiva”, que no genera conflicto y que quiere “representar a todos los argentinos”.
  • Sin dudas, el giro de Macri hacia una “caprilización” de su campaña electoral luego del triunfo ajustado de Rodríguez Larreta en julio, resultó exitosa para una buena franja del electorado, al que no le atrae los cambios copernicanos que descansan en la muletilla fácil del que “todo está mal”. El porcentaje electoral obtenido por Cambiemos el 25 de octubre es inexplicable si no se adiciona a la teoría del “voto útil”, la caprilización tardía de su candidato presidencial. Esa estrategia, que fue abandonada por Massa luego de la fuga de sus dirigentes, fue adoptada por Macri para mostrarse como el candidato del cambio pero con algunas continuidades. En la calle se respira ese “Macri no va a cambiar grandes cosas, ya lo dijo”, una hipótesis que una parte de la ciudadanía parece creer sin interrogarse.
  • Otro elemento que resulta indispensable traer al análisis para comprender la penetración de Macri en una parte del electorado beneficiado por las políticas de la última década es su política de “no resignación” y que apunta al “podemos estar mejor”. Sin dudas, estos mensajes, que apuntan a un grupo social que durante varios años apoyó las políticas del gobierno y que mejoró con las mismas, tiene por función el “ir por más”. Para decirlo fácil: el PRO logró convencer a estos sectores que las políticas llevadas a cabo durante estos años es parte de la administración natural del gobierno de turno. No se trata de la política gobernando la economía, se trataría más bien de una gestión técnica neutral que cualquiera desde el gobierno podría llevar adelante sin grandes conflictos. Ahora es Cristina, pero mañana podría hacerlo otro igual.
Gran y necesario paréntesis (Sin dudas, se trata de un fenómeno regional. Las nuevas derechas sudamericanas, al no poder mostrar la hoja de ruta que deparará su modelo de país, se montan sobre los activos de los gobiernos del “giro a la izquierda sudamericano” (ampliación de derechos sociales, recuperación del Estado como ordenador de la economía, etc.). En ese marco, se presentan como la “solución” más que cómo la “oposición” para resolver los déficit de estos gobiernos, en general ligados a la inseguridad, la corrupción, el deterioro de los servicios públicos, lo que en palabras de José Natanson, se expresa como la “crisis de crecimiento”.  Capriles, Neves, Macri, Lacalle Pou son la expresión genuina de esta derecha renovada desde el plano discursivo, que promete continuar el sendero del crecimiento, que sería de nunca acabar en esta región)
  • Esa mirada “positivista” ligada al progreso indefinido de la sociedad, (que mi amigo Nicolás Tereschuk describe como “el positivismo casi decimonónico del electorado”) es un artilugio que Macri logró instalar en estos últimos meses. El líder del PRO no dice “todo hay que cambiarlo” o “voy a desandar lo hecho hasta acá”. Exclama “podemos estar mejor”, lo que implica asumir que la situación económica no es mala, o al menos no es percibida como negativa por una mayoría del electorado. Los estudios cualitativos y cuantitativos hablan de que la mayoría de la población cree que le va a ir mejor en el futuro. Esta visión positiva de que todo nunca más va ir para “atrás”, o de “no volveremos a estar mal como en el 2001”, es un aporte del kirchnerismo que hoy aprovecha Macri para colar su discurso de campaña y meterse en el terreno que nunca la derecha pudo penetrar con su discurso. Los sectores que “van por más”, ven en Cambiemos la posibilidad de un “futuro mejor”, haciendo oídos sordos a los economistas renombrados del PRO que plantean un escenario económico de ajuste para los próximos meses. Muchos de estos especialistas en economía de Cambiemos (que de a poquito son corridos de la campaña electoral por hablar sin pelos en la lengua) relatan en los programas de TV el destino final del dólar a 15 o a 16 y se vanaglorian de la necesidad de un ajuste fiscal inminente.
  • En esta última parte de la campaña, el candidato oficialista tomó nota de este “aspiracionismo electoral” y comenzó a jugar con los verbos del “cambiar”, “cuidar” y “mejorar”. Resulta sumamente más complicado para Scioli partir de un hecho concreto y real: cuidar lo conseguido es también pensar en el futuro. Lo que viene no será un futuro auspicioso. Pero de cara al balotaje, y de una sociedad que parte de lo conseguido y va por más, no resulta el mejor argumento para convencer voluntades. Insisto: “cuidar el hoy es pensar en el futuro” resulta un argumento real, pero insuficiente para un electorado que pide y confía en que el futuro será mejor, lleno de buenaventura. Para Macri, en ese sentido, presentarse ante todo como la opción de cambio resulta mucho más verosímil que para el candidato de la continuidad con cambios. Pero reitero, no se trata de una cambio a secas el planteado por el PRO. Es un cambio con un contenido de naturalización de lo conseguido (“no fue el gobierno fue tu esfuerzo personal. Por lo tanto lo vamos a cuidar”), y claramente “aspiracional”, ligado a que todo puede mejorar. En el medio pasó una crisis internacional inédita que el gobierno nacional surfeó cuidando empleo e inclusión. “No fue magia”, como dicen por ahí. Lo increíble es que una parte de la sociedad no lo crea así.
El equipo de campaña de Scioli deberá prestar atención a esta tendencia que parece abrirse en el electorado y ofrecer un paquete de incentivos similar al provisto por los amarillos. La idea de un “futuro mejor” porque sí, porque cualquiera que sea gobierno te lo garantiza, es una falacia absoluta que el candidato oficialista deberá desenmascarar desde la “fe y el optimismo”.
Quedan pocos días para el 22, fecha que el soberano decidirá su futuro. Lo único seguro es que CFK dejará luego de 8 años de mandato el gobierno en una atmósfera económica no atravesada por la crisis. Toda una novedad en estas comarcas. Será Scioli o Macri, no hay terceras opciones, salvo las anquilosadas en cierta izquierda residual argentina. A pesar de los parecidos,  hay un hiato que separa ambas propuestas. En el medio asistiremos a un debate, que según los entendidos, puede convertirse en el “parteaguas” de la campaña electoral.
Allá vamos.

martes, 3 de noviembre de 2015

Tanto olvido puede haber en 20 años?


Pareciera que en algunos sectores sociales el antiperonismo o el odio a lo popular, es tan profundo y visceral, que no les permite percibir lo evidente aunque esté frente a sus ojos, que las políticas económicas que propone el macrismo, es el menemismo reciclado, Menem 2.0.

Casi todos los medios hablan de una campaña de miedo o de asustar a la gente, por parte del oficialismo.  
Es probable que la haya, pero de lo que no tengo dudas es de que algunos tenemos miedo.

Luego de haber vivido casi todas las dictaduras del siglo pasado, y todos los gobiernos democráticos, algo he aprendido, por eso tengo miedo.

Dicen que Einstein decía que: "...haciendo las mismas cosas se obtienen siempre los mismos resultados..."

Los integrantes de Cambiemos y Macri en particular, siempre han sostenido las ideas económicas neoliberales que puso en práctica la dictadura del 76 y luego prosiguieron Menem y la Alianza, y que finalizaron con la crisis del 2001, 39 muertos y 5 presidentes en una semana.

Todas las consecuencias que traen aparejadas dichas políticas económicas, y que están viviendo unos cuantos países europeos, nosotros las vivimos hace mas de 15 años.

Lo que resulta de muy difícil comprensión es como podemos olvidar tan rápido, cuales fueron las políticas que nos hicieron tanto daño.